Como casi ninguna otra isla de Alemania Heligoland ha tenido una historia interesante en cuanto a afiliación nacional. Aunque tanto la isla principal como la secundaria de Düne pertenecen ahora a Alemania como algo natural, tanto geológica como políticamente, no siempre fue así.
El hecho es que Heligoland era alemana en la época de los primeros colonos y vuelve a serlo hoy, pero entretanto el régimen jurídico de la isla cambió varias veces. Los frisones colonizaron la Isla del Mar del Norte en torno al año 700 d.C. y también ocupó allí el cargo hasta que el dominio legal pasó a la corona danesa en el siglo XII y hasta el siglo XIII.
Heligoland sufrió así el mismo destino que grandes partes del actual Schleswig-Holstein. Helgoland había pasado a ser danesa. Como el poder económico de Helgoland era extremadamente bajo y algunos de los isleños se consideraban indigentes, otras naciones no tenían mayor interés en apoderarse de Helgoland.
Esta circunstancia no cambió hasta la época de Napoleón. El Reino Unido de Gran Bretaña se interesó repentinamente por Heligoland, pues la Corona británica quería impedir nuevos avances del gobernante francés. Los británicos temían que Napoleón se uniera a Dinamarca para socavar así el poder británico. El británico Lord Falkland se propuso actuar contra Dinamarca. En 1814, como parte de la llamada Paz de Kiel, la isla de Heligoland fue entregada a la Corona británica.
Gran Bretaña mantuvo Helgoland durante exactamente 76 años. En 1872, el Imperio Alemán expresó por primera vez sus reclamaciones al Reino Unido de Gran Bretaña en relación con la pertenencia jurídica de Helgoland. En el transcurso del Tratado Helgoland-Zanzíbar, la isla fue entonces entregada al Imperio Alemán a cambio de Zanzíbar. El hecho de que Zanzíbar no fuera entonces una colonia del Imperio Alemán desempeñó un papel más bien subordinado. Así pues, Heligoland ha vuelto a ser alemana durante 127 años.