Un Hallig es una pequeña isla baja de la costa frisona del norte de Alemania que se inunda regularmente. Suelen estar rodeadas de marismas y salinas y sólo se puede acceder a ellas en barco o a pie cuando la marea está baja. En total hay diez Halligencada una con su propia historia y cultura. Hallig Gröde es una de ellas.
La historia de Gröde
Gröde tiene una larga y fascinante historia. La primera mención documentada de la isla se remonta al siglo XVI, cuando era propiedad de un noble danés. En los siglos siguientes, la isla cambió de manos varias veces y se utilizó para la agricultura y la pesca. Sin embargo, debido a su baja ubicación, Gröde siempre estuvo amenazada por las inundaciones y sus habitantes tuvieron que adaptarse constantemente a los cambios del nivel del mar y a las condiciones meteorológicas.
En el siglo XIX, la isla sufrió una serie de tormentas devastadoras que acabaron con gran parte de la población y destruyeron muchas casas y granjas. Para protegerse de futuros desastres, los habitantes empezaron a trabajar en un sistema de medidas de protección costera, que incluía diques y murallas costeras. Estos esfuerzos tuvieron éxito y Gröde no ha vuelto a sufrir grandes inundaciones desde entonces.
Hoy en día, la población es pequeña pero resistente. Sólo once personas viven en la isla, pero han conseguido construir una comunidad sostenible y autosuficiente que prospera gracias al turismo y la agricultura. La isla también alberga una cultura y un modo de vida únicos, estrechamente vinculados al mar y a la tierra.
La vida en la isla
A pesar de su escasa población, es una comunidad viva y activa. Sus habitantes son conocidos por su hospitalidad y amabilidad, y reciben a los visitantes durante el Vacaciones en el Mar del Norte de todo el mundo para experimentar su forma de vida. En la isla hay varias casas de vacaciones y pensiones que se pueden alquilar durante todo el año. Los visitantes pueden practicar la pesca, la observación de aves, el senderismo y el ciclismo, y disfrutar del paisaje y la cultura únicos de los Halligen.
La agricultura en Hallig se basa en un sistema de uso comunal de la tierra, el llamado procomún. Esto significa que todos los residentes tienen acceso a una determinada superficie de tierra, que cultivan juntos y cuyo cuidado y cosecha comparten. Los principales cultivos son la patata y el centeno, que se adaptan bien al clima y al suelo de la isla.
Además del turismo y la agricultura, muchos residentes trabajan para la Oficina Estatal de Protección Costera, Parque Nacional y Conservación Marina de Schleswig-Holstein, que se encarga de mantener las medidas de protección costera que protegen la isla de las inundaciones. Este trabajo es vital para la supervivencia de la isla y garantiza que las generaciones futuras también puedan disfrutar de su cultura y paisaje únicos.